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Tema 14. Fármacos agonistas colinérgicos.

Se trata de fármacos que estimulan los receptores colinérgicos muscarínicos y en menor medida los nicotínicos, imitando las acciones del SNP, por ello reciben en conjunto el nombre de parasimpaticomiméticos.

La farmacología del sistema parasimpático se centra en la acción de la acetilcolina (ACh). Dado que la ACh tiene muchas funciones fisiológicas importantes, las aplicaciones terapéuticas de estos fármacos se ven dificultadas por la ubicuidad y complejidad de las vías colinérgicas lo que en muchas ocasiones imposibilita obtener un efecto farmacológico específico sin inducir efectos adversos. Pese a ello, se utilizan varios fármacos de este grupo y del siguiente para lograr acciones en el corazón, los ojos, los pulmones, el aparato genitourinario, el tubo digestivo, la unión neuromuscular e incluso en el sistema nervioso central.

 

Hay dos clases principales de fármacos parasimpaticomiméticos, los agonistas directos de los recetores muscarínicos y nicotínicos y los agonistas indirectos o inhibidores de la ACE.

Los agonistas muscarínicos directos se emplean en el diagnóstico del asma y para producir contracción pupilar mientras que los nicotínicos se emplean como bloqueantes neuromusculares (ver apartado de anestesia). 

Los inhibidores de la ACE, aumentan la concentración de ACh al impedir su degradación y por lo tanto pueden activar tanto receptores muscarínicos como nicotínicos, por ello tienen varias utilidades clínicas entre las que destacan:

  • Aumentar la transmisión en la placa motora.
  • Incrementar el tono parasimpático y aumentar la actividad colinérgica a nivel central.

Son de especial utilidad en enfermedades de la unión neuromuscular que causan debilidad muscular como en la miastenia grave y para revertir el efecto producido por los fármacos bloqueantes neuromusculares. Sin embargo, dado que los inhibidores de la ACE a dosis altas pueden producir un bloqueo despolarizante es vital determinar la causa de la debilidad muscular antes de tratarla, con ese fin se utiliza el edrofonio ya que tiene una semivida breve. Si tras su administración mejora la debilidad muscular se pueden emplear fármacos de acción más duradera como piridostigmina, neostigmina o ambenomio para tratar la debilidad muscular ya que está estará causada por una falta de ACh; por el contrario, si tras administrar el edrofonio la debilidad empeora aún más habrá que sospechar que está causada por un bloqueo despolarizante y en consecuencia no deben utilizarse estos fármacos.



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